viernes, 3 de abril de 2020


CANCÍN - CANCINA

Con este nombre se conocía en Cereceda a los corderos y las corderas de un año.





Los cancines y las cancinas tenían la peculiaridad de estar siempre jugando entre ellos o con sus madres.
Eran crías de las ovejas que no se habían vendido de corderos o corderas porque su dueño las dejaba para aumentar su rebaño o para sustituir  ovejas o borregos viejos.
Para estas crías no había paredes, pues eran muy ágiles y sin miedo a subirse o a saltar por cualquier pared.
Eran difíciles de guardar tanto en la dehesa como en los " praos ".

Pero en el pueblo se aplicaba este nombre a los niños y, en menor medida, a las niñas.
Las madres solían hablar de alguno de sus hijos con el empleo de esta palabra .
- Mi hijo Carlos parece un cancín. No para quieto. Está todo el tiempo saltando. Incluso, cuando está sentado a la camilla para comer, tiene que estar moviéndose. Yo le digo a mi marido que es como el cancín de la oveja que nos regaló mi suegro, que no había pared en los praos que él no saltara.
- En el campo escolar he visto a los muchachos jugando y algunos parecen cancines : corren todos detrás de uno, y saltan y brincan por encima de los que están jugando a las canicas. Nicanor, el sobrino del alcalde, los persiguió contra la pared del señor Heliodoro y quería pegar a algunos porque le habían sacado la peonza de Pedro del corro.
- Un  día voy a cortar una rama de la morera y os voy a poner las piernas moradas. Sois peor que los cancines de la piara, les dijo.

Foto  www.scotiana.com

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