lunes, 13 de abril de 2020


LA FRIJUELA





Con este nombre lo denominaba mi tía Frusina ( Eufrosina ), la mujer del tío Silvestre, hermano de mi abuelo Atanasio, cuyo nombre yo " heredé."

La frijuela era el nombre que daban en algunos pueblos salmantinos, próximos a la Raya con Portugal, a las " tortas fritas " de Cereceda.
Cuando ya estaba hecha la masa y estábamos dando al torno, a mi madre le gustaba coger un " pellizco " de esa masa, extenderla sobre la mesa del torno y hacer unas tortas.
Esas tortas las freía en la sartén con el aceite de nuestro amigo Cencio ( Inocencio ) de El Madroñal.
Una vez bien fritas - " hay que esperar hasta que estén doraditas " -  les añadía miel de nuestro amigo jurdano de La Pesga.
Para que estuvieran bien fritas las iba pinchando con un tenedor y " así el aceite hirviendo penetra de un lado al otro ".
. Si no están bien fritas os doldrá la barriga, decía mi abuela Fausta, que también hacía tortas fritas a sus nietos, y  hay que esperar un poco a que se enfríen.
En invierno se " masaba " temprano y antes de ir a la escuela ya estaba hecho el pan. Esas tortas nos servían de desayuno con un poco de leche, antes de salir corriendo con la pizarra, el pizarrín y la estufa camino de la escuela.

Foto google.com

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