LA PRIMERA PLANCHA
Ésta es la primera plancha que yo vi en casa de mi abuela. Es de hierro y desconozco de dónde llegó a Cereceda.
En todas las casas había dos planchas. Se colocaban juntas a la lumbre. Luego se cogía una para realizar el trabajo, mientras la otra seguía en la lumbre. Cuando a kla planchadora le parecía que la plancha estaba fría, la colocaba a la lumbre y cogía la otra.
Era un juego que solamente las buenas planchadoras sabían hacer. Alguna vez vi a mi abuela tocar la plancha con la punta de los dedos para calcular el calor que tenía y si era necesario remplazarla por la otra.
Una de esas planchas de hierro era muy " amiga " mía. Yo nunca he planchado ni con ésa plancha, ni con la plancha de brasas, ni con la plancha eléctrica.
Es cierto que me hubiera gustado hacer un curso de plancha, pero ni el ayuntamiento de Alicante ni el ayuntamiento del pueblo donde tengo mi huerto, a pesar de mis reiteradas peticiones, nunca han programado un Curso de Planchado.
Esa plancha de hierro - " y vuelta la burra al trigo " - me acompañó muchas noches a la cama. Mi madre la envolvía un poco caliente en una toalla vieja o en un viejo jersey de lana y yo me la llevaba a la cama. La ponía en la zona a la que yo calculaba que llegarían mis pies de niño, luego la movía hacia la cabecera y, cuando ya había llegado a la almohada, la sacaba de la cama, la devolvía a su sitio en la cocina, y me iba a dormir.
La plancha de hierro bien merece el homenaje de " gatinos " y " gatinas " por calentar nuestras camas.
Foto pinterest.es
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