AHORRAOR DEL SALVAO Y derrochaor de l´harina.
Era la expresión con la que se señalaba al hombre tacaño y despilfarrador.
Cuando yo era niño íbamos a moler el trigo a la fábrica de harinas del tío Agustín y de sus hijos a Arroyomuerto.
Hoy los tiempos han cambiado y de aquella fábrica solamente queda el solar, aunque, bien mirado que decimos en Cereceda, ¿ para qué queremos la fábrica de harinas si ya no sembramos trigo ?.
Una mañana madrugábamos y con unos cuantos sacos de trigo en el carro de vacas nos íbamos, carretera arriba hasta encontrar el Empalme y seguíamos hasta Arroyomuerto ( hoy San Miguel del Robledo ).
En aquella época cada pueblo tenía asignado un día, y la entrada de la fábrica se llenaba de carros.
Había que bajar los sacos del carro, llevarlos a la báscula, que alguna persona de la fábrica revisase el trigo y esperar la harina y el salvao que te correspondía por los kilos de trigo, una vez pagada la maquila.
La harina caía de la tolva a los costales de lino y el salvao a los sacos.
Con la harina hacíamos el pan. Cada casa tenía su artesa, su torno y su horno para hacer el mejor pan del pueblo. Cada " gata " decía que " el su pan era el mejor."
El salvao, que era la piel de los granos de trigo molida, servía de alimento a los animales de la casa. Se echaba a los cebones mezclado con patatas y remolachas cocidas.
Mi madre lo ponía en la cazuela de las gallinas y los gatos.
Mi padre decía que " el salvao era de poco alimento " pero había que aprovecharlo.
El hombre tacaño, decían las " gatas " , es un ahorraor de lo que vale poco pero, en cambio, derrocha lo que de verdad vale.
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