DAR EL QUIEBRO
Al llegar a la fragua del tío Manolo siempre había alguno que " daba el quiebro ". Significa que se cogía calle Larga abajo y se marchaba para casa. Era una forma de abandonar el grupo.
A los restantes miembros del grupo les parecía mal cuando el que daba el quiebro había participado de la ronda pero no había pagado su invitación.
Si ya había pagado " una ronda " de su bolsillo, la frase tenía un tono más suave y menos rencoroso.
- Luismi se ha perdido por el camino, ha dao el quiebro al llegar al potro.
- Dijo que tenía prisa. Pero él ya invitó en el bar.
Hoy en día este diálogo es imposible en Cereceda.
Hay un solo bar, el bar Flores, que es " el mejor bar del pueblo " y nadie puede " dar el quiebro ". Así se mueren las frases que todos, hasta hace pocos años, hemos dicho por las calles cuando nos paseábamos del bar de Tito en la Plaza a la taberna de Cándido en la calle Larga.
Foto Constantino González Macías La calle Larga de Cereceda.
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