PALOMITAS DE MAÍZ
Por estas fechas del mes de junio mi abuela " convencía " a sus nietos para que fueran a buscar un barril de agua para comer hasta la fuente Grande.
La fuente Grande estaba - y está - más p ´allá de la portera de las Eras.
La ida con el barril vacío era rápida, aunque con el cuidado de evitar que el barril se cayera y se rompiera, pero la vuelta era " penosa " porque había que subir desde La Esquina hasta la casa de mi abuela.
- ¿ Habéis visto las parreras de maíz de la Jacerita y de la Cuesta ?. Son parreras de maíz de " hacer palomitas ", nos decía.
Cuando se recogían las mazorcas - yo las llamaba piñas - mi abuela las ataba y las colgaba en la despensa.
Allí esperaban a que sus nietos se portaran bien, le ayudaran a llevar el cacharro de ordeñar vacío o le llevaran la capillita del Sagrado Corazón de Jesús a casa de su vecina.
Entonces, mi abuela cogía la sartén vieja, echaba unos granos de una piña y los freía en la lumbre para hacer palomitas.
A mí me gustaba cómo saltaban y se esparcían por la cocina. Esas palomitas estaban mejor que las del plato a las que añadía miel jurdana o azúcar portuguesa.
- Hay que portarse bien con la abuela y tendréis palomitas con miel, me decía mi tía Maxi cuando volvía de vacaciones al pueblo.
Yo siembro en mi huerto unos granos de maíz para hacer palomitas.
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