JUNIO
Tres frases hermosas para definir el verano, que llega a Cereceda con el mes de junio.
" Oler a sol " en Cereceda se convertía en olor a cebadas recién segadas y acarreadas a las Eras y cuyas espigas se caían por las calles del pueblo para alegría de las gallinas que esperaban ansiosas la llegada de los carros de bálago de cebada. También olía a yerba recién aguadañada y a heno que se encerraba en los tenaos a la espera del invierno, y a trigo " a punto de madurar " .
Otro olor que llegaba al pueblo era el de las patatas adornando el suelo de los huertos que se encuentran entre las casas del pueblo y entrelascalles.
" A margaritas ". Esas flores en Cereceda eran flores de San Juan que crecían en las cunetas de las carreteras que parten del casco urbano y en la Ladera.
" Una pizca de agua del río ", que eran dos - el río Yeltes y el río Cerezo - y el agua de la Poza, transformada en un río por las calles del pueblo para regar los huertos.
Y las gotas de rocío que, cada mañana, aparecían en el pueblo hasta que el sol las evaporaba, y con ellas el frescor de la noche que nos obligaba a llevar la chaqueta cuando acudíamos a regar los linares.
Solamente en las " horas centrales del día " se sabía que el verano había llegado y con él llegaba el calor que necesitaban los trillos para deshacer el bálago de los cereales.
Foto pinterest.es
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