LA LEYENDA ROMANA DE LA ROSA
La leyenda surge porque los romanos asociaban las rosas a Baco, el dios del vino, de la vendimia y de las orgías.
Una vez el dios Baco perseguía a una ninfa, y sólo pudo atraparla al quedar ella enredada en un zarzal; al identificarse el dios, la ninfa tuvo vergüenza de haber huído de él y se sonrojó.
Baco quedó embelesado por la frágil belleza de su rubor, y en agradecimiento al zarzal por haberla detenido para él, le hizo nacer unas flores del color de las mejillas, el cuello y el seno de la ninfa. Y así aparecieron las rosas.
Se le denomina la reina de las flores.
En la Divina Comedia de Dante el Paraíso tiene la forma de una rosa.
En el mito persa sobre las rosas todas estas flores eran blancas. Así fueron hasta el sacrificio por amor del ruiseñor.
El mito cuenta que un ruiseñor incapaz de soportar la pena de una pasión no correspondida por la rosa, se abrazó a su tallo a propósito para clavarse con una espina en su corazón, y lo hizo con tanta fuerza, que brotó de la herida toda su sangre y tiñó de rojo la rosa, antes blanca.
Un ramo de rosas rojas es la más excelsa muestra de la pasión del amado por su amada.
Foto google.com El dios Baco.
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