HABLÓ EL BUEY Y DIJO ¡¡¡ MUUUU !!!
Una frase que le gustaba pronunciar a las " gatas."
Cuando un niño estaba de visita tenía la obligación de estar callado para que " no metiera la pata ". Esa era la advertencia que las " gatas " hacían a sus hijos y a sus hijas.
Mi madre había perdido la costumbre de darme esa advertencia porque yo era muy charlatán y, acostumbrado a criarme en una posada de pueblo, todas las personas eran para mí familiares.
Si el niño de la visita conseguía abrir la boca, siempre era para preguntar cuándo nos vamos o para dar las gracias porque la anfitriona le había ofrecido una rosquilla o una oblea.
En ese momento mi tía siempre soltaba la frase .
- Ya habló el muchacho y ha dicho ¡ mu !.
Se lo pregunté muchas veces a mi tía Floripe, mi madrina del bautizo y quien me puso el nombre con el que siempre - y actualmente también - soy conocido en mi pueblo.
Mi tía me decía que era porque el muchacho o la muchacha, que el niño o la niña llegaban a esa categoría cuando hacían la primera comunión, sólo decía lo que le había enseñado su madre.
- Hace lo mismo que el buey que siempre está callao. Si abre la boca el buey es para decir ¡ mu ! que es lo que la " madre " naturaleza le ha enseñao.
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