EL MACHADERO DE LA PUERTA Y LOS RECUERDOS.
Antes, todas las casas de Cereceda tenían un machadero de piedra de cantería a la puerta.
En ese machadero nos sentábamos a descansar al volver de las tierras o de los linares antes de entrar en casa.
Con el paso de los años los machaderos de cantería pasaron a ser piedras de pizarra de la Puente San Martín sostenidas por dos ladrillos gordos a cada lado. Esos ladrillos revocados de cemento se pintaban del mismo color que la parte baja de la pared de la casa.
En aquellos años, en los que las calles de Cereceda eran de tierra, había parras y rosales de flores blancas pequeñitas en la puerta de muchas casas.
La llegada del hormigón a las calles cambió la vida del pueblo. Se quitaron algunos machaderos, otros quedaron pero estrechaban la calle y el paso de carros o de coches " no permitía sentarse tranquilos a la puerta".
Parras y rosales desaparecieron. Y tampoco se podía colocar una " sombra " pues estorbaba el paso de los carros, de los camiones y los autobuses.
En Cereceda quedan dos o tres parras, algún rosal y ninguna sombra.
Cuando subo a Cilleros me gusta sentarme a la puerta de una casa, a la entrada del pueblo, a la sombra de un cerezo, con muy buenas cerezas, que ha visto pasar la modernidad a su lado sin inmutarse.
Foto pinterest.es
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