FRAZADA

Manta de cama gruesa y peluda que proporciona mucho calor.

Se diferencia de los edredones, colchas, sábanas y otros cobertores o cubrecamas por su grosor. Por lo general se fabricaban con forma alargada y rectangular.

Su uso específico se ha asociado como prenda complementaria en el oficio de los arrieros y aguadores y con la prenda que se colocaba, cuando era vieja, bajo la albarda de las caballería como " mollica " para que no le hicieran daño en el espinazo.

El tipo más artesanal era el elaborado con lana de oveja.

Estas palabra me la enseñaron los arrieros que dormían en la posada de Cándido de Cereceda.

Yo les ayudaba a doblar la manta cuando deshacían la cama, hecha en el portal de mi casa. Yo la llamaba manta y ellos me enseñaron que se llamaba frazada.

A mí esa palabra me sonaba a portugués, aunque los " porteadores " portugueses no la traían con ellos desde la Raya - la frontera hispano-lusa. Los portugueses dormían en el tenao de la paja o del heno y nunca en el suelo del portal.

También decían esa palabra los jurdanos que acostumbraban dormir sobre la albarda del mulo y tapados con la frazada.

Mi madre tenía una frazada, doblada dos o tres veces, sobre el escaño de la cocina. Ese escaño se convertía en " cama " para los panes de la " masadura " porque daban mucho calor " para que la masa de pan sin cocer creciera ", y " mucho más si debajo del escaño le colocaba un brasero con ascuas de la lumbre."

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