LAS DOS CAYÁS
Ahora las personas " viejas " se sirven del bastón para moverse, antiguamente todos los " gatos " tenían su cayá.
La tenían junto a la puerta para que se acordasen de cogerla.
La cayá era un elemento muy importante para cuidar del ganado, para defenderse de algún perro o de alguna novilla " que pegara ", o para mantenerse en pie cuando los riñones no aguantaban el peso de aquellos " gatos ", que eran bajos y gordos, " rechonchos " en el idioma " gatuno ".
Hoy el tío Prudencio - al que todos llaman Pruden en el pueblo - y el tío Belisario - al que todos llaman Beli y al que un día le explicó el su nieto Román el significado de su nombre - se han sentado en el machaero la puerta de la Nicolasa a charlar un rato y a descansar.
- Estoy mu cansao y además estos zapatos me hacen daño en el juanete del dedo gordo del pie izquierdo. Pero la mi mujer ha dicho que hoy es domingo y los domingos, según ella, yo tengo tres obligaciones. La primera es ir a misa que luego el señor cura le pregunta al salir de misa " si se ha quedao viuda y él no se ha enterao porque el su marido no ha estao en la misa ".
- Es que como hay tan pocos feligreses, el cura " de un vistazo " los controla a tóos .
- La segunda obligación es visitar a la mi cuñá Rosario, que la pobre mujer anda mal de la vista y no sube a la iglesia.
- El otro día estuve charlando con ella a la su puerta y me conoció por la voz. " Eres el Pruden ", me dijo, que te he conocío por el habla ".
- Y la tercera y última obligación es ponerme zapatos. " Si tuvieras en el sobrao las albarcas de cuando eras mozo y te ibas a arar, seguro que te las ponías " me dice
- Yo los domingos me pongo los zapatos antes de que me echen dos sermones : uno la mi mujer y otro el señor cura. Y tamién me pongo el chaleco. Que los domingos me gusta llevar chaleco, encima de la camisa.
¡ Vaya dos " viejos " ! ¡ Vaya dos cayás !
Foto pinterest.es
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