jueves, 20 de junio de 2024

 EL ZARZOSO EN EL CASINO DE SALAMANCA



Un empeño del prestigioso oftalmólogo salmantino con las religiosas del monasterio de 'Santa María de Porta Coeli' con las que se comprometió a escribir un libro que sirva de presentación al lugar y sus obras

La quietud sosegada del Palacio de Figueroa se vuelve romería de mayo, fiesta de la Santa Cruz con los sones de Raúl de Dios, las fotografías de José Amador Martín y las imágenes de un lugar tan mágico como desconocido. Pórtico de la presentación de un libro singular “que es una inspiración”, este breve audiovisual, sirve para que El Casino de Salamanca reciba al Doctor Manuel Marcos Robles y a su esposa María Jesús Fernández para, como en un ofertorio serrano como el que nos interpretará el folklorista José Ramón Cid Cebrián en un emocionado directo, entregarnos un desvelo en forma de libro: “El Santísimo Cristo de la Luz”. Un empeño del prestigioso oftalmólogo salmantino con las religiosas del monasterio de 'Santa María de Porta Coeli' con las que se comprometió a escribir un libro que sirva de presentación al lugar y sus obras, un espacio muy cercano a su corazón pues está cerca del pueblo de sus padres y tíos que acudían a la fiesta del que ahora su esposa y él son mayordomos.

¿Dónde está este lugar de puestas de sol retratadas por José Amador Martín que suscita tanto interés y merece un libro? El convento de “El Zarzoso”, ahí, en la puerta de la Sierra de Francia, recién pasado Tamames y antes de llegar al Cabaco nace de la inspiración franciscana, ese santo que “Habla poco, ve poco y escucha mucho” que sitúa un espacio de vida contemplativa para las religiosas que, desde 1444, han habitado el convento a despecho de los avatares de la historia sobreponiéndose a las sucesivas desamortizaciones, a las guerras, a las batallas vecinales y, ahora, a la absoluta falta de vocaciones. Las franciscanas de la Tercera orden Regular que ahora habitan este lugar en la falda de un monte, la “puerta del cielo” de su advocación, son diez hermanas que enfrenta ahora la soledad, la pobreza, el techo que se cae, las obras de mantenimiento de un lugar que ha sobrevivido milagrosamente y que custodia imágenes tan conocidas como el milagroso Cristo de la Luz, y que se dedican en la actualidad a hacer pastas y a recibir a unos visitantes que no conocen este lugar tan hermoso de nuestra provincia. Ayudarlas y hacer visible la belleza de su espacio, es el empeño de este libro.


Tiene el doctor Marcos Robles esa cualidad humanista de los grandes médicos salmantinos dedicados a la cultura. Su vinculación con el monasterio no es solo familiar, su curiosidad por el arte y sobre todo, la sensibilidad con la que aborda esta tarea le hace comprometerse con las monjas del Zarzoso a las que ha deseado ayudar desde este libro que define el párroco de los pueblos de la sierra, José Antonio Sánchez, como “Una miscelánea de fotografías y textos narrativos, artísticos, poéticos y vivenciales”. Un libro para conocer la historia del lugar, sus valores artísticos, recorrido de la devoción por la figura del Cristo milagroso al que acudir en romería por la Cruz de Mayo y sobre todo, homenaje a la vida contemplativa y a nuestra desconocida historia ahí en los umbrales de un lugar que se visita sin reparar en que guarda también la ruina de sus espacios de oración camino de la Peña de Francia, espiritualidad escondida tras la naturaleza feraz de esta región salmantina.

Telúrica y desconocida pese a su peso turístico, la sierra era un espacio de oración desde siempre y ha guardado el secreto de sus retiros que ahora, según el doctor Marcos Robles, nos son tan necesarios en medio de la prisa y de la oscuridad de la vida moderna. Una vida en la que comentamos el episodio de las monjas de Belorado que ha puesto de actualidad la vida dura y dedicada de estas mujeres que, como en el caso de El Zarzoso, mantienen abiertos espacios de cultura y espiritualidad con grandes esfuerzos. Las hermanas de nuestro monasterio vienen de Tanzania, de México, de Mallorca, afrontan la pobreza y trabajan para revertirla, este libro, apoyado generosamente por la imprenta Kadmos, a un precio muy asequible para su contenido y propuesta, ya que es una forma ideada para ayudarlas. Salvar este lugar y darlo a conocer, ese es el intento, el resultado no puede ser más satisfactorio: las gentes del Centro de Estudios Salmantinos visitan el lugar que defiende el Doctor Marcos Robles, afirmando que el mundo necesita estos lugares de paz y luz que ahora sirven de retiro espiritual a quienes desean disfrutan de un momento de paz en medio de la belleza del entorno y de su milagrosa pervivencia que mantienen las hermanas “luciérnagas de luz” que viven en medio de un paraíso al borde de la transitada carretera.

Un libro para el reconocimiento de uno de los rincones más desconocidos de Salamanca, detenido en la historia ¿Sabes que aquí está enterrada una hija de Nebrija? me recuerda Charo García de Arriba, la hermosa voz de la historia del cercano Tamames. El Zarzoso es un espacio detenido en el tiempo que debemos recorrer como nos recuerda el autor de este libro, sin ningún tipo de ambigüedades, como es su costumbre. El Doctor Marcos Robles no solo nos hace ver con los ojos que cuida en su consulta, tiene, como afirma Mercedes Marcos Robles y como recuerda el cantautor Rogelio Cabado, la voluntad de ver con otros ojos… los ojos que se quedan prendidos del paisaje, aquel que siempre se eligió para sembrar el lugar de oración, ahí donde la naturaleza es más fecunda y más cerca se está de un cielo que retratan los fotógrafos para este libro que es historia nuestra, recorrido personal de vivencia y de fe, recuento artístico, homenaje a las mujeres de la contemplación y sobre todo, reivindicación de lo nuestro, aquello que canta y toca José Ramón Cid Cebrián, ofertorio serrano, sencillez de gaita y tamboril en la casa del Casino donde resuena la provincia, tan cerca de nuestra Plaza, tan cerca de la raíz, alas que vuelan sin tejado que pagar, sin prisa y sin preocupaciones. Es la luz que envuelve la mirada sobre el paisaje, la historia y la devoción. Un libro que es una plegaria.

Charo Alonso.

Fotografía   Fernando Sánchez Gómez

Tomado texto y foto de  salamancartvaldia.es

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