LA LLUVIA DE JULIO HACE MADERA
Es una creencia popular.
Los robles - el árbol de la dehesa boyal de Cereceda - son famosos por su lento desarrollo y su larga vida.
La altura media es de 23 metros y el promedio de vida de un roble son 500 años.
Las hojas, caídas del árbol, y los helechos que en muchas zonas lo rodeaban, junto a los excrementos de los animales que descansaban a su sombra en verano o se refugiaban del viento y de la lluvia en invierno, eran un abono excelente para alimentarlo.
La nieve, amontonada por el viento junto al tronco, eran el riego del cielo.
En Cereceda " se echaba el agua de la Poza pa la dehesa " cuando los huertos " alredor " del pueblo o los linares de la Zera la Vieja, no la necesitaban.
Los anillos se generan en el interior del tronco del árbol y representan las temporadas de su crecimiento.
La mejor forma de conocer la verdadera edad de cualquier árbol y su pasado es a través de la lectura de los anillos del tronco.
En el tronco se observan partes más claras pues su crecimiento fué en primavera y partes más oscuras que señalan el crecimiento de finales del verano y principio del otoño.
La abundancia o la escasez de lluvias viene reflejada en el grosor de los anillos.
" La lluvia del mes de julio hace madera ", te decía cualquier " gato " si te paseabas por entre los robles de la Piñuela en una mañana de lluvia.
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