jueves, 20 de junio de 2024

 MEJOR SENTADA AL MACHADERO LA PUERTA








A las " gatas " le gustaba sacar la silla baja a la puerta  la su casa.

Otras veces sacaban una silla con el asiento de bayón pero preferían el machadero la su puerta, " porque la silla es mu alta y me se quedan los pies colgando ".

El quitarse las zapatillas y colocar las gafas sobre la punta de la nariz se realizaba sin ritual porque las gafas estaban en el escriño de la ropa para coser, desde que " se las compré a un quincallero de Béjar que tóos los años se acerca por el pueblo antes del invierno ".

La mejor época para hacer los oficios de la costura con tranquilidad era el tardío.

Recogidas las alubias y limpiadas, y sacadas las patatas de los linares, un trabajo en el que la mujer participaba en igualdad con el su marido, " porque los sacos hay que echarlos al carro entre dos y el mi marido no puede él solo " , llegaban los días antes de empezar la sementera.

Esos días el marido preparaba los arados, esparcía el estiércol que había echado en pequeños montones en las tierras, o se dedicaba a juntar hoja y segar " gelechos ", dos oficios en los que las mujeres eran prescindibles.

Y además, había que coser los calcetines de lana con aguja gorda porque la siega y la trilla y la limpia los habían llenado de agujeros.

Y había que coser botones en las camisas de los domingos y " cerrar con un bordado " los agujeros que el cigarro, de tabaco de cuarterón, hacía en las pecheras de las camisas.

Y, si hacía sol, se estaba mejor en la calle, sentada al machadero la su puerta, que en la cocina en la que la luz era muy escasa pues las cocinas de Cereceda carecían de ventanas y la luz entraba por la chimenea claraboya.


Foto  pinterest.es



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