SENTADO A LA PUERTA DE LA SU CASA
Siento comunicarles que la foto es de un pueblo distinto al " nuestro." Pero bien pudiera serlo.
Los pasos de piedra de cantería. La puerta de entrada partida por la mitad : la parte de abajo cerrada con
la tranca y la puerta de arriba entreabierta. Toda la puerta enmarcada en piedras de cantería.
Ya he contado que D. Saturnino Aparicio, hijo de herrero, herrero en su juventud y Maestro Nacional
enamorado del su pueblo, me contó que las piedras de cantería del Puente que hubo en la Vega ( la
Puente la Vega ) se las llevaron los vecinos que hacían casas nuevas y las colocaban en la entrada a la
casa, " por eso no tienen grabadas ni cruces ni fechas, como las casas de La Alberca. Todas proceden del
Puente de la Vega que, cuando el río Yeltes bajaba enfadado desde Cilleros, saltaba " por encima " y las
arrastraba río abajo hasta El Tejar ".
Hoy el abuelo, " con la gorra bien calada " se ha sentado a la puerta de la casa. Es la costumbre de
Cereceda.
En el pueblo teníamos machaderos junto a la entrada y allí nos sentábamos.
Esos machaderos son el " recuerdo " de una época que yo no conocí en la que se sembraba lino en los "
linares " a orillas del río Yeltes, se regaba, crecía, se segaba y tras lavarlo se " machaba " con una maza
de madera a la puerta de las casas.
Esa era la misión de los machaderos.
Si el abuelo recuerda sus tiempos niños y sus correrías por la calle, o sus horas a la puerta de la casa de
sus futuros suegros de charla con su futura mujer, o las horas felices en las procesiones de las fiestas del
pueblo, lo desconozco, pero su mirada " al infinito " es un recuerdo feliz de otros tiempos.
Y hoy la su nieta en los sus brazos cansados de azadas y azadones, horcas y horquines, hoces y
guadañas, hace que la su sangre circule por ellos, aunque sea a ritmo lento, de vejez jubilada y de vida
casi gastada.
Foto pinterest.es
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