SENTADA EN EL MACHADERO LA PUERTA
Riselinda ha dejado el bastón tirado en los peldaños de la entrada de la casa.
El cansancio y los años hacen que subir los tres peldaños sea un sacrificio demasiado grande para la mujer. La parra y su sombra son un reclamo para quedarse un rato sentada en el machadero la puerta.
Hoy ha ido de visita. De visitas.
- He ido a casa de Juana porque hacía una semana que no la veía y, como siempre, me la he encontrado a la puerta pero sin ánimos para caminar. Dice que este año el su hijo se ha marchado con la su mujer y los sus niños a Galicia de vacaciones y que el pueblo no le gusta a la su mujer y no vendrán a visitarme. A lo mejor , me dice, se acercará él solo unos días.
- Juani no te atormentes. A las mujeres que no son del pueblo, la tierra no les " tira " y se van a las playas de cualquier lugar de España. Bueno, si viene el tu muchacho unos días, ya puedes sentirte contenta.
Desde la puerta de la casa de Juana se ha ido a visitar a Romualdo.
Romualdo es amigo suyo desde niños y " algo pariente ".
- Romualdo se quedó viudo hace unos años y la su mujer, que se llamaba Nieblina y era de Carrasquejo de Abajo aunque llevaba cincuenta años viviendo aquí, era muy amiga mía. Yo fuí la madrina de la su hija mayor y le puso mi nombre. Hoy Rise, que es como la llaman porque a la gente de este pueblo no les gustan los nombres largos, es enfermera en la capital y su marido, D. Fermín, es un médico especialista del corazón, un médico con mucha fama.
A Romualdo la visita de Riselinda le alegra el día porque " esa mujer es como un ángel, siempre te trae buenas noticias del Barrio de Abajo, el barrio en el que yo nací y donde yo me crié hasta que me casé, y que hace mucho tiempo que no visito ".
Así es un día cualquiera en la vida de Riselinda porque, " como decía el mi marido a mí no me se cae la casa encima ".
Foto pinterest.es
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