LA MATA EL TREMENDO
Este artículo apareció publicado en la Revista PATALOSO, Agosto 2022.
Su autor es Isidro Marcos Martín, GATO 2017 y propietario de la finca.
Entre los topónimos existentes dentro del término municipal de Cereceda, existe el paraje llamado La Mata el Tremendo.
Etimológicamente se define como grande, inmenso, violento y drástico para resolver un asunto.
El paraje de la Mata el Tremendo se halla situado a un km y doscientos metros del pueblo. El acceso de un km es por la carretera de Nava de Francia y los restantes doscientos metros es por la pista de Valdelobos, apta para ir en coche.
Linda al Norte con el paraje de la Puente San Martín, al Sur con la pista de Valdelobos, al Este con la Huerta García, y al Oeste con la referida pista de Valdelobos.
Este paraje está cruzado por la mitad por el río Cerezo y la superficie que abarca es de unas tres hectáreas.
El cultivo de dos hectáreas de la finca era de patatas, remolachas, berzas y alubias y la hectárea restante se utilizaba para la siembra de cereal, centeno.
Hoy toda la superficie de regadío se encuentra en estado de abandono, destinada a pradera, mientras que la superficie que ayer era de cereal, se encuentra destinada a un castañar de castañas injertas.
El paraje de La Mata el Tremendo tiene una historia que bien merece ser contada.
El dueño de la parcela mayor de las que se riegan con el agua del río Cerezo, cuya parcela linda al Sur con las destinadas a cereales, adquirió las tres parcelas con el proyecto de hacer una plantación de castaños de castañas injertas, fundado en que el suelo era apto para árboles dado que era tierra muy ácida con alto PH.
La primera media que tomó consistió en cerrar con piedra campera las cuatro parcelas, la suya y las tres compradas, refundiendo el conjunto en una sola finca, con una pared de un metro y veinte centímetros.
A la entrada instaló dos piedras de granito como anclaje para fijar en ellas las puertas de hierro que mandó hacer al herrero.
Sin más demora sembró el suelo de las tres parcelas adquiridas de castaños bravío en número de 105 unidades perfectamente alineadas y, una vez prendidos los castaños, los injertó de castañas comestibles.
A los diez años comenzó a recoger la cosecha de castañas, pero su frustración llegó cuando comprobó que no había venta para su cosecha pues permanecía la recesión económica producida por la guerra civil.
Por casualidades de la vida un día contactó con un portugués de los que arribaban por estas latitudes buscándose la vida con el estraperlo de café portugués. Por acuerdo entre ambas partes, el portugués le suministraba diez kilos de semilla de pino silvestre, que el dueño, desmoralizado por la fracasada venta de las castañas, repartió por toda la finca convirtiéndola en muy pocos años en una explotación mixta.
A los quince años se realizó una entresaca de los pinos, cortando aquellos más próximos a los castaños, con un valor de 27.000 pesetas.
El año 2.008 se cortaron todos los pinos con valor de 4.600 euros ( 767.375,60 pesetas ).
A partir de esa fecha los castaños producen anualmente entre 600 y 800 kilos de castañas.
Podemos resumir indicando que hoy la finca está muy bien cuidada, es muy productiva y el castañar una preciosidad.
Quiero reseñar que al fallecer el creador y protagonista de esta bella historia del castañar de la Mata el Tremendo, uno de sus hijos, el heredero de la finca, tuvo el bonito detalle de fijar en las piedras de la entrada, grabadas con cincel, martillo, paciencia y cariño estas dos frases.
En la piedra del lado izquierdo de la entrada : LA INTELIGENCIA, EL TRABAJO Y LA
CONSTANCIA DIERON LUGAR A LA MEJORA DE ESTA FINCA. ÁNGEL MARCOS MARCOS.
( 1 - marzo 1.903 - 24 - octubre - 1.994 )
En la piedra del lado derecho de la entrada : COMO HOMENAJE PÓSTUMO POR TUS GRANDES
VIRTUDES, TUS HIJOS CON CARIÑO TE DEDICAN ESTE RECUERDO. AÑO 1993.
El día 11 de agosto de 2.015 aparecieron machacadas ambas inscripciones por un acto vandálico ejecutado la noche anterior.
La persona que lo realizó, que supongo hijo del pueblo y emigrante, se recrea cada verano en vacaciones con halagos a las personas del pueblo, a las que este acto ha molestado.
Quiero hacer un canto de alabanza para todos los hijos del pueblo que han emigrado y pasan en él sus vacaciones y a todos aquellas personas que por razones de matrimonio o por otras causas nos acompañan cada año y con su comportamiento elegante y su esmerada educación nos hacen pasar unos días veraniegos en confraternidad y gratificante felicidad.
Fotos Constantino González Macías, GATO 2019.
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