EL SOL SE VA
En la foto hay muchos detalles interesantes para los caminantes " de pueblo ".
El primero la carretera.
Es una carretera de las que se limitan a unir dos pueblos. Brillan por su ausencia las líneas blancas, ni en las orillas ni en el centro. " No hacen falta porque los vecinos vamos por el medio y en las curvas nos acercamos a las orillas ", me dijo un conservador de la carretera cuando trabajaba con su cuadrilla y le expuse el problema.
Esas carreteras son muy peligrosas para los caminantes pero mucho más para los ciclistas porque yo me salía de la carretera cuando observaba la presencia de algún coche en mis paseos matutinos y vespertinos.
Después están los postes de madera y los cables de la luz eléctrica, compañeros inseparables de esas carreteras. " Así, si hay una avería, podemos arreglarla enseguida " me dijo el electricista subido en un poste de madera.
El peligro llegaba cuando en invierno se caía algún poste, algo que ocurría con frecuencia en la zona de Las Nogalitas.
La puesta del sol es anunciadora de buenas noticias.
En Cereceda se decía, y se continúa diciendo, que, si el cielo se pone rojo por Zarzoso, al día siguiente hará buen tiempo.
En Cereceda, un pueblo en el que todos los " gatos " eran especialistas en Meteorología, conocer el tiempo que haría al día siguiente era de gran importancia ala hora de programar el trabajo para el día siguiente.
- Mañana madrugaremos para " apajar " las vacas porque iremos a esparramar el estiércol al Rejago, y, si el tiempo sigue así, el viernes iremos a sembrar la tierra del Corcino y, si nos da tiempo, sembraremos también la del Regajo, decía mi padre durante la cena, sentados a la camilla de la cocina.
Hoy ese tema carece de importancia porque los carros, las parejas de vacas y la sementera han desaparecido del " paisaje " del pueblo.
Un pueblo sin trigo, sin cebada, sin patatas, las tres riquezas de Cereceda.
Foto pinterest.es
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