SOLA EN LA CIUDAD
Una señora " gata " me envía esta foto que ha encontrado en elmundo.es y que, según ella, refleja muy bien la vida en la ciudad.
Cuando llega mediados de setiembre todos los años los sus hijos la " obligan " a irse con ellos a la ciudad.
Desde que quedó viuda tiene que irse con la familia - dos hijos y una hija y siete nietos -, con los que pasa el otoño y el invierno, y, algún año, hasta casi el comienzo del verano.
La vida en la ciudad para una mujer de pueblo es complicada:
- En la ciudad se vive con el reloj, mientras que en el pueblo el reloj duerme en el cajón de la mesilla de noche.
- En la ciudad la gente se desconoce. Ni siquiera se conocen los del edificio. Ni siquiera los del " rellano ". Hay hasta cinco letras en el mismo " rellano ". Cinco familias o cinco grupos de personas porque en algún piso viven unos cuantos estudiantes. Como el edificio tiene nueve alturas, seguro que hay cuarenta y cinco pisos. ¡ Más vecinos que en el mi pueblo !. Nosotros somos unos treinta y dos vecinos, pero como Juana se ha ido con los sus hijos y Pedro y María se han ido a Bilbao, y Marcos se ha ido con la su hermana pequeña, y yo me he venido con los mis hijos, pues quedan veintiocho puertas abiertas,
- Otra cosa de la ciudad es que en el ascensor hay que ir en silencio y, si acaso, " buenos días " o " buenas tardes ".
- En cuanto se hace de noche, yo me encierro en casa y " hasta el día siguiente ", que aquí de noche la gente , dice mi hija, que no sale a visitar a la vecina. ¡Pero si no tienen vecina !,
- Y no te quejes del ruido de quienes vivan en el piso de arriba, que te dicen " ¡ cómo tú no tienes vecinos arriba de tu casa del pueblo, cualquier ruido te molesta ".
- Además me han cambiado el nombre : Yo siempre he sido Mary la de Teo, que así llamaban al mi marido, pues aquí soy la señora María, la del tercero B.
- ¡ Cosas de la capital !.
Foto elmundo.com
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