LA NATURALEZA
Para los " gatos " la naturaleza han sido sus huertos alrededor del casco urbano del pueblo, los linares junto a los dos ríos grandes - el Yeltes y el Cerezo - y a los ríos pequeños - los regatos -, y las tierras.
El monte es la naturaleza viva y permanente con los robles en todas las fases de su vida, y los castaños y los nogales y esos guindos y cerezos que adornaban los huertos en verano y en otoño.
La naturaleza han sido los gelechos y las hojas de los árboles que caían en otoño y resurgían verdes al marcharse la nieve y las heladas.
El frío, la lluvia, la nieve y las heladas también eran la naturaleza.
Y los jabalíes y las perdices, y las liebres y los conejos, y todas las aves con vuelo corto o con vuelo largo que llenaban las calles y las casas del pueblo al comenzar el mes de febrero y " apoderarse " del campanario la pareja de cigüeñas.
Los hijos de Cereceda necesitábamos la naturaleza porque el agua la teníamos en las fuentes - hasta 52 repartidas por el término municipal y el pan lo teníamos en los trigales y en las Eras.
" El buen pan " lo teníamos en los hornos que dormían en el sobrao y una vez cada quince días se despertaban para transformar la harina en pan candeal, como el trigo del que " brotaba la harina " y nos alimentaba.
Foto pinterest.es
Edward Abbey ( 1927 - 1989 ) Escritor y ambientalista estadounidense.
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