miércoles, 8 de mayo de 2024

 EL LABRADOR SIEMPRE LLORANDO, o por poca agua o por mucho barro





A mí me gusta seguir las noticias sobre la agricultura en algunas provincias españolas, principalmente las noticias de la provincia de Salamanca.

Este año la primavera ha venido lluviosa y , en estos días, todavía llueve sobre las tierras salmantinas.

Aquellos labradores que " lloraban " por la falta de lluvias y estaban dispuestos a hacer rogativas a las Virgenes de los pueblos o a los Cristos de las Romerías, ahora están pidiendo al cielo que cesen las lluvias porque tienen que sembrar las patatas y " la tierra está muy cargada y no podemos ni entrar en las tierras ".

Cuando siembren las patatas, comenzarán a pedir que llueva para que haya yerbas en los praos y los trigos y las cebadas aumenten su crecimiento, sobre todo, después de los precios que han tenido este año las pacas de paja.





Recuerdo que don Avelino el párroco y después don Antonio solían repetir este refrán a quienes se quejaban - que eran todos los " gatos " - del tiempo que hacía en Cereceda : " El labrador siempre llorando, o por poca agua o por mucho barro ".

Pero igual le pasaba a los taberneros con el tiempo.

Si hacía frío y lluvia en abril mi padre se quejaba porque tenía que poner los braseros bajo las camillas de la sala y tener una buena " lumbrará " en la cocina. Y si hacía sol y buen tiempo, se quejaba porque los mozos se pasaban las horas en el paseo del Chapatal y la recaudación de la taberna disminuía.

Labradores y taberneros siempre llorando y pidiendo al cielo que agua y sol caigan y calienten a su conveniencia.


Foto  Google.com

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