ARA Y CANTA
Hoy es San Isidro labrador.
El blog quiere dedicar este poema a todos los " gatos " labradores, que " cantaron o lloraron " tras el arado en las tierras de la Hoja de Abajo y en las tierras de la Hoja de Arriba.
Aunque San Isidro nunca fué fiesta en Cereceda, los labradores tienen en la sacristía una imagen de San Isidro labrador, homenaje a Isidro Marcos Martín, GATO 2017, colaborador en la restauración de la iglesia parroquial.
Y el autor del blog, " gato " de nacimiento y crianza, en un tiempo un poco lejano, aró y lloró detrás del arado porque las vacas y las piedras de los surcos tenían más fuerzas que su mano infantil.
Pero hoy me gustaría decir a algún labrador :
" ¿ No sabes que yo sé arar ?
Pues déjame la mancera,
y oye, que voy a cantar: "
Mi canto es este hermoso poema de José María Gabriel y Galán, salmantino y maestro y labrador.
ARA Y CANTA
Labriego, ¿ vas a la arada ?.
Pues dudo que haya otoñada
más grata y más placentera
para cantar la tonada
de la dulce sementera.
¿ Qué has dicho ?. ¿ Que el desgraciado
que pasó el eterno día
bregando tras un arado
jamás cantó de alegría
si alguna vez ha cantado ?.
Es una queja embustera
la que me acabas de dar.
¿ No sabes que yo sé arar ?.
Pues déjame la mancera,
y oye, que voy a cantar :
Labriego poco paciente:
si crees que sólo tu frente
vierte copioso sudor
que sorbe innúmera gente,
sal de tu error, labrador.
Lo dice quien es tu hermano,
quien canta tu lucha brava,
lo dice quien por su mano
siega la mies en verano
y el huerto en invierno cava.
¿ Qué sabes tú del tributo
que el mundo al trabajo rinde,
ni qué sabes tú de su fruto
si no has traspuesto la linde
del terruño diminuto ?.
Si el mundo aquel te impusiera
yugos que impone al mejor,
pensaras que tu mancera,
si no es la más llevadera
tampoco es la cruz mayor.
Te quema el sol del estío,
te azota el viento de enero
y aguantas en el baldío
los hálitos del rocío
y el golpe del aguacero.
Dura y perenne es la brega
que pide riegos la vega,
que pide rejas la arada,
que pide gentes la siega,
que el huerto espera la azada.
Y es trabajoso el descuajo,
y abrumador el destajo,
y a veces nulo el afán . . .
¡ Y tal vez es el trabajo
más duro que blando el pan !.
Todo es verdad, labrador;
pero en esos horizontes,
y en esas siembras en flor,
y en estos alegres montes,
¿ no hay nada consolador ?.
¿ Todo negro es tu destino ?.
¿ Todo el vivir te envenena ?.
¿ De abrojos horribles llena
todo el árido camino ?.
¿ Toda ingrata es la faena ?
¿ No sabes tú, labrador,
que hay frente que el tiempo arruga
escaldada en un sudor
que sana brisa no enjuga
con soplo consolador ?.
¿ Sabes que hay ojos que ciegan
laborando en la penumbra,
mientras los tuyos se entregan
al piélago en que anegan
de la luz que nos alumbra ?.
¿ Sabes qué ambientes malsanos,
si no venenos letales
marchitan pechos humanos
con corazones leales
del tuyo dignos hermanos,
mientras tu pecho sanean,
y equilibran tus sentidos,
y tus sudores orean
ricas brisas que pasean
por estos campos floridos ?.
¿ Quieres en un mundo verte
con bravas agitaciones
con injurias de la suerte
con bárbaras tentaciones
y duelos, sin sangre, a muerte ?.
¿ Qué sirena engañadora
hasta aquí a decirte llega
que en la ciudad bulladera
ni se reza, ni se llora,
ni se sufre, ni se brega ?.
¿ Qué espíritu engañador
o torpe decirte quiso :
" Llora y sufre, labrador,
que el mundo es un paraíso
regado con tu sudor ? ".
Fuera más útil y honrado
decirte quién ha arrancado
de las entrañas de un cerro
este pedazo de hierro
de la reja de tu arado
Decirte que hornos ardientes
fundieron humanas frentes
cuando este hierro ablandaron
y que en su masa cuajaron
sudores de hermanas frentes.
Ara tranquilo, labriego,
y piensa que no tan ciego
fué tu destino contigo,
que el campo es un buen amigo
y es dulce miel su sosiego,
y es salud el puro día,
y estas bregas son vigor,
y este ambiente es armonía
y esta luz es alegría . . .
¡ Ara y canta, labrador !.
Foto Google.com San Isidro Labrador con la reja en la mano.
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