LARGOS SERMONES, más mueven culos que corazones
En Cereceda el sermón era la parte más " importante " de la misa.
El día de San Marcos era Fiesta de Predicador.
Cada año el 25 de abril había un nuevo Predicador.
En ocasiones era un fraile dominico de los que habitaban en el convento de la Peña de Francia.
Pueden imaginarse la impresión que producía un Predicador dominico con su hábito blanco y su capa negra, subido en el púlpito y con la iglesia llena, y el olor a cera de las velas, y a incienso, que, si yo era el monaguillo encargado del incensario, me gustaba que toda la iglesia oliera a incienso.
La feligresía lo escuchaba " con la boca abierta " al comenzar el sermón, pero, si se alargaba demasiado, los " culos " se movían en los reclinatorios - donde estaban sentadas la mujeres - y en los bancos donde se sentaban los hombres.
Desconozco si sus palabras - los dominicos tenían y tienen fama de excelentes predicadores - movían muchos corazones y algunos bolsillos para la hora del Ofertorio en la plaza, pero doy fe de que el refrán se cumplía en la Misa Mayor de la Fiesta de San Marcos, el Patrón de Cereceda.
Foto Google.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario