LAS PESEBRERAS
En la casa, taberna y posada, de mis padres había dos zonas dedicadas a los animales : el corral y la cuadra.
El corral se encontraba a la entrada de la casa desde la calle Larga y en él se guardaban los animales propios de la casa : la pareja de vacas y alguna novilla y los terneros, la burra, los marranos, las cabras y la leña para la lumbre, raíces y bardas y bardones, sobre los que estaban los secarones de la dehesa y los haces de brezos de la sierra que calentaban el horno para masar.
Encima de bardas y raíces dormían las gallinas y el gallo al que yo siempre llamé " Kikirikí ".
Sobre ese espacio y a " demasiada " altura estaba el tenao del heno y el de la paja. Una escalera, hecha con dos palos de roble y doce o catorce peldaños, reforzados a cada cuatro o cinco, servía para subir y bajar del tenao.
En la cuadra, que era más estrecha que el corral y de forma alargada con salida al huerto y a la carretera de Ciudad Rodrigo a Béjar, estaban los pesebreras. Los pesebres que estaban a lo largo de una pared habían sido de piedra y barro, según me contó mi padre, aunque yo los conocí de tablas. Había diez o doce y servían para poner la comida de las caballerías que llegaban a la posada cargadas de mercaderías desde Las Hurdes o desde Cantalejo en Segovia en carros cargados de trillos, o desde Dios sabe dónde con los " artilugios de titiriteros o trapecistas o músicos ambulantes ".
Cubriendo toda la cuadra y protegiendo a los animales del frío de la noche de Cereceda estaba el tenao pequeño de la paja.
En ese tenao mi padre encerraba la paja mojada o los restos de las Eras, y esa paja servía para cama de los animales.
Sobre ella estaban las parreras de alubias y frejones, o de los garbanzos y los chochos salaos, que servirían para entretener a las cabras y a las ovejas los días de nieve en los que el pastor y el cabrero no se atrevían a salir al monte o a la sierra.
Cuando mis padres abandonaron el oficio de taberneros y posaderos, las tablas de las pesebreras fueron llegando a la lumbre y la cuadra pasó a ser el dominio de las ovejas, porque, unida a la desaparición de la taberna, fué la aparición de las ovejas en mi casa.
Foto pozocanada.blogespot.com
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