DE LOS PONTONES A LA ISLA
El río Yeltes de mis años infantiles llevaba bastante agua en primavera y en el tardío.
El verano lo dejaba casi seco porque la poza del Puente Cantería y la poza de Las Matas le " robaban " el agua para regar los linares sembrados de patatas o de remolachas.
Eran los linares que en siglos anteriores estuvieron sembrados de lino y de trigo según decían los documentos del Catastro de Ensenada.
Esos linares daban cosecha todos los años gracias al estiércol de los corrales - entonces se denominaban pajares porque en ellos se guardaba la paja del trigo o del centeno - y a las " noches de ovejas " del tardío, época en la que las ovejas dormían en los linares.
- " Lo de dormir " es un decir, porque yo las levanto a media noche para que estierquen el suelo y luego se vuelvan a echar y calienten la tierra; que en estos linares de la orilla del río la tierra está mu fría " me decían los " gatos " que tenían linares en esa zona, porque esa costumbre de estercar con las ovejas " venía de mu antiguo ".
Yo me sabía de memoria los dueños de todos los linares de ambas orillas del Yeltes porque pasé muchas mañanas y muchas tardes del verano cuidando las vacas en el río.
- ¿ Y qué cuidabas ?, me preguntan mis amigos de la capital.
- Cuidaba que vacas, novillas y churros no " se metieran " en los praos y en los linares porque el Yeltes en invierno baja muy furioso y destruye las paredes de piedra que cierran los linares por el lado del río.
Ése era mi trabajo de boyero, acompañado por algún libro de bachillerato elemental o de bachillerato superior, además de dedicarme a " coger " ranas, que en esos años eran muy abundantes.
Foto salamancartvaldia.es
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