EL BUSTO DE NIEVE
De amor tentado un penitente un día
con nieve un busto de mujer formaba,
y el cuerpo al busto con furor juntaba,
templando el fuego que en su pecho ardía.
Cuanto más con el busto el cuerpo unía,
más la nieve con fuego se mezclaba,
y de aquel santo el corazón se helaba,
y el busto de mujer se deshacía.
En tus luchas ¡ oh amor de quien reniego !,
siempre se une el invierno y el estío,
y si uno ama sin fe, quiero otro ciego.
Así te pasa a ti, corazón mío,
que uniendo ella su nieve con tu fuego,
por matar de calor, mueres de frío.
Ramón de Campoamor. Poeta asturiano ( 1817 - 1.901 ).
NOTA . - En mis años de la niñez ( 1.942 - 1.953 ) las nevadas en Cereceda eran abundantes y los niños y los jóvenes nos dedicábamos a hacer muñecos de nieve en la Plaza, en el campo escolar y en los cruces de las calles. Había muñecos de nieve en el Altozano, en la fragua del tío Manolo, en la fragua del tío Fonso, en la Esquina, en el Chapatal, en la Poza.
Había tanta nieve que algunos " mozos " hacían una rueda de nieve en la carretera del Chapatal y la " echaban " carretera abajo hasta que se iba a la calleja de la Fuente Chica o llegaba hasta el puente la Pedragosa.
Algunos muñecos duraban una semana porque las heladas de la noche los convertían en " indestructibles."
Entonces en Cereceda había muchos " mozos " y muchos niños en la escuela.
Foto google.com
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