" QUIEN DEBE Y PAGA, no debe nada."
Esas palabras son las que componen este refrán.
Cuando tienes una deuda y la pagas, se acabó la deuda.
En Cereceda ese refrán no era admitido como verdad " absoluta ".
- El año pasao cuando andábamos segando se puso mala la Rosalía y fuimos mi marido y yo dos días a segar las suertes de Valdecarros y le echamos una mano a su marido que estaba p´allí segando él solo. Este año nos ayudó su marido en la siega de Las Lagunejas una mañana y un rato una tarde a la tierra de los Limpios. Pues Rosalía le dijo a mi cuñada que ya no nos debía nada. Pero nosotros le ayudamos en unos días que se anunciaban tormentas y el trigo estaba ya mu seco. Al día siguiente de ayudarla cayó una tormenta de granizo.¡ Y ahora dice que no nos debe ná !.
Mi padre decía que las deudas se deben siempre aunque se paguen.
Mi padre se refería a esa deuda que queda en la mentalidad de las gentes de pueblo " por mucho que reales o pesetas o duros se hayan pagado."
- El año que se perniquebró la Dorada - una vaca estupenda, noble y trabajadora que habíamos comprado en la feria de Tamames y nos había criado dos churros y una churra - tuvimos que pedir ayuda a Urbano para acarrear porque la novilla era mu joven para traer los carros de bálago desde Valcabrero o desde las Tierras Negras o desde la Cabeza Fernando.
- Urbano nos prestó una vaca para esos viajes y mi padre siempre nos dijo que teníamos una deuda con él, aunque le trajimos con nuestras vacas y nuestro carro los haces que tenía en las tierras del Regajo hasta las Eras porque eran un " viaje " fácil para nuestra pareja de vaca y novilla.
Siempre tengo en mi recuerdo la frase de mi padre y de los " gatos " de Cereceda : " las deudas, aunque mil veces se paguen, siempre se deben."
Foto pinterest.es
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