" ESTAR EN EL AJO "
Es una frase que decían los chalanes que venían a la taberna de mis padres en Cereceda.
- Pepe, el de Guijuelo, está comprando vacas y churros estos días a precios que no sé de dónde los saca, le decía el Chanerín de Ciudad Rodrigo a mi padre.
- Pues él paga esos precios.
- Pues yo le digo a usted, señor Cándido, que ése " no está en el ajo " porque compra poco, paga mal y lo lleva a vender a Madrid. Por aquí nadie le compra.
Yo, que siempre he sido alérgico a la cebolla y al ajo, le pregunté acerca del Chanerín, que me daba buenas propinas cuando yo lo acompañaba a casa de alguien que quería vender un churro, el chalán que " no estaba en el ajo ".
- Mira, Nachito, ese chalán acude a pocas ferias y no se entera de los precios que fijan los mataderos de la provincia. Compra mal y luego le cuesta mucho vender ganando dinero.
Entonces aprendí lo que significa la frase " no estar en el ajo " y un día que vino un cura a decir la misa porque D. Antonio se había tenido que ir a Salamanca, aproveché para decírsela, cuando le dije que los monaguillos cobrábamos una perra gorda en la misa de los domingos.
- D. Antonio nos paga una perra gorda a cada monaguillo por tocar las campanas, encender las velas, ayudar a misa y vender el Buen Amigo.
El cura, que tenía como Patrono a San Tacañón, que decía mi tía Floripe, me respondió " pues apúntalo en tu pizarra y que os pague él cuando vuelva el próximo domingo."
Aquel cura " se ve " que no necesitaba monaguillos para decir la misa, porque " no estaba en el ajo " del trabajo que los dos monaguillos que nos tocaba, hacíamos cada domingo en la iglesia.
Foto es.wikipedia.org y pinterest.es
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