LAS " SALGAERAS "
Me llega un correo de una " gata de adopción que me pregunta el porqué de llamar Salgaeras al lugar al que " iba mi marido a ordeñar las cabras cada mediodía cuando era niño."
Nunca encontré ese nombre adjudicado a lugar alguno de Cereceda en los documentos que yo he estudiado.
El lugar se denomina Salgaderas.
Los " gatos " y las " gatas " decimos salgaeras por eliminación de la letra " d ".
La palabra deriva del verbo salgar.
Salgar significa :
. Dar sal a los ganados.
. Echar sal a un alimento para sazonarlo o para conservarlo.
Las Salgaeras " es el nombre de una zona del término municipal, situado a la izquierda del camino La Nava y delimitado por las curvas de la carretera a ese pueblo y los praos y huertos de la margen izquierda del río Cerezo o río Chico.
Las Salgaeras era la zona en la que el cabrero dejaba las cabras durante la siesta en los días del verano. Hasta allí acudíamos con las cántaras de hojalata a ordeñar las cabras.
Era un rito obligatorio todos los días veraniegos hacia las once de la mañana. " Gatinas " y " gatinos " esperábamos en El Chapatal que las cabras se acercaran a la Monte la Rade para, una vez cruzado el río que pasa por el Periquito, sin agua en esa época y sin utilizar el puente, hace años de vigas y terrones y hoy de hormigón, comenzar la subida.
El siguiente obstáculo en el camino era la regadera que llevaba el agua para regar los huertos del Corral de las Vacas y las Matas.
Los robles de los praos del Periquito servían de cobijo veraniego para los más madrugadores.
Después de llegar a la cabriá, empezaba la búsqueda de las cabras que daban leche. Cada " personilla " conocía sus cabras.
El trabajo de ordeñar requería, a veces, la ayuda de una persona para sujetar la cabra porque algunas cabras eran " malas de ordeñar por tener muy duras las tetas."
La vuelta al pueblo era cuesta abajo, pero siempre con prisa porque nos esperaban la cesta de la comida, que había que llevar a las Eras y la comida bajo una sombra de palos y ramas de roble o bajo los Robles Altos o bajo la sombra de un carro.
Mientras las parejas de vacas o de burros daban vueltas y vueltas tirando del trillo y dirigidas por un trillique con la vara en la mano y sentado en una taja de madera, el cabrero iba esparciendo sal por las peñas que aparecían entre las matas de la zona de siesteo de las cabras.
Esa sal las animaría a beber agua en el Regato de Valdecaseras y a convertirla en riquísima leche al mediodía siguiente.
Ya sabe, " señora gata de adopción ", porqué al lugar a donde se dirigía su marido cuando era niño a ordeñar las cabras, lo llamábamos, y lo llamamos, las " Salgaeras."
Muchas gracias. Y ... ¡ a mandar !.
Fotos google.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario