CUCHICHEAR
- Cuenta, cuenta, Nicolasa, pero en voz baja que luego se lo cuchichean unas a otras en la esquina del Altozano a la hora de la siesta, y al oscurecer ya se ha enterao " hasta el perro de la piara ".
- Te lo cuchicheo. ¡ Acerca la oreja !.
Ya he escrito en varias ocasiones que en Cereceda abundaban las personas con problemas de audición.
En una ocasión se lo comenté a Don Juan, el médico del pueblo, y él, riendo, me dijo que la culpa era del agua de la Fuente Chica y de la Fuente Grande, " que es con la que se lava la gente los oídos ".
Esa era la razón principal de que fuera muy complicado conseguir que dos " gatas " hablasen en la calle y conseguir que medio pueblo no se enterara.
La expresión " el perro de la piara " o " el perro de las cabras " era muy normal cuando se quería manifestar que esa " noticia " ya era conocida por todos los " gatos " y todas las " gatas ", hasta por las personas sordas.
En mi opinión " ésa y no otra " era la razón de que en la taberna la conversación fuera siempre a gritos.
Me maravillaba " lo bajito " que hablaban los portugueses y los jurdanos que acudían a la posada de mis padres.
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