martes, 1 de octubre de 2024

 OCTUBRE, antes sin cena que sin candela






El mes de octubre en Cereceda era un mes muy frío.

En todas las casas estaba la lumbre en la cocina.

Una lumbre de raíces de roble que se iban mezclando delgadas con gordas según el momento del día y " quien " estuviera " colgado de las llares ".

Si era el calderete del agua caliente, bastaba con poca leña o raíces delgadas.

Cuando era el caldero de cocer a los cebones, se necesitaban raíces gordas que hicieran brasas porque estaba a la lumbre el puchero de garbanzos para la comida del mediodía.

Mi abuela siempre decía que era más importante la lumbre que la cena porque " con unas patatas cocidas y un cacho tocino está hecha la cena pero hay que tener buena lumbre " porque la cena era temprana - al pasar el coche de línea o al salir del rosario, que no hacían falta relojes - pero después venía el " serano ".
El serano era el " rey de las noches de octubre a marzo ".
Se esgranaban alubias o se asaban castañas o se hilaba la lana de las ovejas o se hacían calcetines y jerseys o se contaban historias a la luz de la lumbre porque no " había " luz eléctrica o se escuchaban las canciones de radio Andorra o se comían perronillas y se bebía anís o aguardiente.

Todo eso se hacía " al calor de la lumbre ".

Foto  Google.com


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