REGALAR UN CACTUS
Algunos viven en macetas y otros habitan una zona del huerto a la que es peligroso acercarse.
En los días de viento las espinas se sueltan de la planta y volando llegan hasta mi ropa.
- Yo no he tocado el cactus pero su espina ha llegado hasta mí, me digo enfadado.
Las espinas evitan que perros o gatos o personas se acerquen a ellos, pero, cuando florecen son una preciosidad.
Así son muchas personas : como un cactus.
- Esa mujer es una fiera pero, sin eres su amiga, es la persona más amable del mundo, escuchas en muchas ocasiones.
Yo advierto siempre a mis visitas que no se acerquen a las macetas con cactus porque engañan : parecen inofensivos, mas sus espinas son crueles y difíciles de " sacar ".
Antaño muchas fincas se cerraban con cactus y chumberas y, ni ganado ni persona alguna, osaba entrar, me dice un " aldeano " amigo mío.
Foto Google.com
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