domingo, 6 de octubre de 2024

 

LA CARRETERÍA

                                  Arístides Álvarez Martín,  GATO 2024

                                             Artículo publicado en el nº 9 de la Revista PATALOSO, Agosto 2924


Yo he leído en los documentos que me han regalado sobre nuestro pueblo, que los vecinos de hace siglos se dedicaban a llevar carbón de brezo a Salamanca en los carros que tenían y que estaban tirados por bueyes.





Nosotros teníamos todos los labradores una pareja de vacas y un carro con ruedas de madera y aros de hierro. Los carros eran necesarios para sacar el estiércol de los corrales y llevarlo a las tierras, para traer cama para los animales en invierno. Esas camas eran de hoja que traíamos de la dehesa o de La Piñuela y gelechos que segábamos en las Lagunejas y los dejábamos secar y, cuando ya estaban secos, los traíamos con  el carro.

También necesitábamos el carro para llevar el mineral a las tierras y para acarrear los haces de trigo o de cebada y para encerrar el muelo desde las Eras o desde el Teso y para encerrar la paja en los pajares que había en los corrales.

Usábamos el carro para traer las patatas de los linares y para traer las raíces desde Valdecarros o los carros de leña para la lumbre o el horno de cocer el pan.

Cuando un vecino sólo tenía una vaca para el carro, ayugaba con otro vecino, y siempre procuraban tener un carro.

Cuando te casabas lo primero era tener una vaca y un carro.

Por eso en Cereceda había familias que se dedicaban a construir carros, además de hacer puertas grandes para los corrales y puertas pequeñas para las casas.

Estaba la carpintería del tío Eleuterio, que además era el sacristán, en la calleja que va desde la calle Larga hasta la calle Fuente Chica.

Un hermano suyo, el tío Generoso, tenía la carpintería en la última casa que hay desde el Toral hasta la entrada a los huertos de la Jacerita.

Luego su hijo Manuel tuvo la carpintería en la calle Larga  frente a la fragua del tío Manolo, que se fué a La Alberca cuando dejó la carpintería de Cereceda.

Pero el nombre de " los carreteros " se le daba al tío Manuel, el marido de la tía Nieves, y a sus hijos Paco, Remigio y Tino.

Tenían el taller en la carretera, un poco más arriba de las Escuelas, y se dedicaban a hacer carros y a hacer la piña y los radios de las ruedas y a meter los aros de hierro. En este trabajo les ayudaban el tío Manolo o el tío Fonso, los dos herreros, que eran cuñados.

Metían los aros por la tarde en una hoguera con brezos de la sierra junto al bocil de la Poza.


Fotos   Constantino González Macías, GATO 2019

                   El carro es propiedad del autor del artículo.




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