EN UNA ALQUERIA DE LAS HURDES
Tal como me lo contó - me pidió que no pusiera su nombre - , lo cuento yo.
" Cuando yo era moza tuve tres pretendientes : Uno era de Mestas, otro del Ladrillar y el otro de Pino. A Pinofranqueado nosotros lo hemos llamado siempre Pino. Digo yo que sería para ahorrar. A las personas de antes el trabajo les cansaba mucho. Y hasta el hablar.
Cuando bajábamos a los huertines de la orilla del río, caminábamos en silencio, trabajábamos con la azada en silencio y volvíamos a casa en silencio,
A mi me gustaba el mozo de Pino pero a mi padre no le parecía bien porque era muy señorito y no entendía de cabras ni de chivas ni de ordeñar.
Un mal día del mes de Setiembre dejé la alquería y me fuí a París.
No sabe, usted, lo mal que lo pasé.
Ellos hablaban en otro idioma, y llovía mucho y nevaba y hacía mucho frío.
En París trabajé en una fábrica de hacer camisetas y medias y calcetines.
A mí aquello no me gustaba.
Pero " aguanté " treinta y siete años.
Y un día, vieja y con reúma, me volví a la alquería.
Dos de mis antiguos novios habían muerto y el otro, el de Ladrillar, había enviudado.
Ahora, cuando baja al huertín del río, me llama a la subida, y parlamos un rato de nuestras cosas de cuando éramos mozos.
- Se podían casar o juntar o . . .
Esas cosas ya se pasaron y ahora, como dicen los franceses : " c´est la vie ! ",
Foto pinterest.es
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