EL YELTES EN EL MES DE AGOSTO
La foto puede ser de la zona de La Isla o de la Nava el Mónago o de Pundientes.
El caudal del río era escaso pero corría y al llegar a las " tomas " permitía el baño y el embalsamiento del agua para regar los linares.
Era un agua limpia en la que vivían las ranas. Unas ranas que se burlaban de mí porque muchas veces intentaba cogerlas pero se metían entre las piedras de las paredes de los laterales del río o se escondían en las trepolleras de las juncias.
Ellas y yo nos entreteníamos cada tarde mientras las vacas comían juncias y yerbas de las márgenes a la espera de la puesta del sol.
En ese momento metía las vacas en alguno de los praos que mi padre tenía arrendados y, a la luz e la luna, me echaba a dormir tapado con " un cacho manta ".
Esa vida era una hermosura para mí.
Pero un día se terminó cuando abandoné Cereceda.
Hoy, al tener delante la foto, he recordado mis noches de estrellas y el frescor del río, y los " tragos " de agua de cualquiera de las fuentes que abundaban en esa zona.
Foto pinterest.es
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