LA OBLIGACIÓN DE LA MAÑANA
A Reces le gastan bromas sus amigos desde que era niño.
Nadie recuerda en el pueblo cuál fué la razón por la que a D.Ramiro, el cura párroco, se le ocurrió ponerle ese nombre.
- Al muchacho lo llamaremos Recesvinto, que abreviado será Reces. ¿ Qué os parece ? le preguntó a sus padres.
- D. Ramiro, como usted diga. Habíamos pensado llamarlo Nicomedes, como se llamaba el abuelo de mi madre, pero Reces nos parece mejor, le contestó Jenara, la madre del niño que iban a bautizar.
Así, desde pequeño Reces fué un niño al que el señor cura apreciaba porque había sido él quien le había puesto ese nombre.
Y Recesvinto se fué a la mili. Le tocó en Medina del Campo, al cuartel de Artillería 47. Sería un buen artillero porque era pequeño de estatura y fuerte. " Fuerte como un roble ", le dijo al sargento cuando se presentó voluntario para cargar las balas de los cañones.
Una tarde se acercó a la estación de Medina del Campo a ver los trenes. " Por aquí pasan muchos trenes " le había dicho su amigo Ataúlfo, que había nacido en Medina y hacía la mili voluntario.
Allí, en la estación conoció al señor Román, que trabajaba en la RENFE, el padre de su amigo Ataúlfo.
Una tarde lo invitaron a merendar en su casa y, " cosa del destino conocí a Paula, la hermana de mi amigo Ataúlfo y me enamoré de ella y cuando me licenciaron, me ofrecieron un puesto de trabajador de RENFE y me casé y tuve dos hijas, a las que no les gustaba la carbonilla del tren ".
- Mis hijas son médicos las dos, me dice todo serio.
- ¿ De qué trabajó usted en Renfe ?.
- Yo me hice revisor para viajar en los trenes. De la frontera de Fuentes de Oñoro a la frontera de Hendaya, o de Medina a Bilbao, o de Medina a Madrid. Me gustaban los trenes.
- Por eso se viste usted con ropa de color azul.
- Sí, señor. Yo seré hasta que me muera un enamorado de los trenes, y me vestiré de azul.
- Pero la gorra que usted lleva no es de color azul.
- Es que para ir a buscar el pan, mi mujer no me deja ponerme la gorra azul. Pero el día que me muera quiero que me entierren con la gorra azul de revisor.
El señor Reces se va camino de la plaza de toros a la panadería de una sobrina de su mujer, y yo me voy camino de la estación de Medina del Campo.
A los dos nos gustan los trenes.
Foto pinterest.es
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