domingo, 10 de marzo de 2024

EL GARBANZO, que no vea marzo







Este refrán se lo escuché muchas veces al tío Fael, el abuelo de Esperanza Rodríguez González, GATA 2 021, pero mi padre siempre decía que los garbanzos había que sembrarlos en abril.

Cereceda era un pueblo en el que se comían garbanzos " todos los días del año menos el día de San Marcos ", decían las señoras " gatas ".

Esta frase se la escuché a mi abuela Fausta a la que le gustaban los garbanzos cocidos, razón por la cual en su casa se comían garbanzos todos los días del año en verano y en invierno y en primavera y en otoño.

Además mi abuela tenía la costumbre de hacer el relleno que ponía en el puchero, con dos huevos de las sus gallinas y garbanzos " aplastaos " en lugar de pan.

- Cuando hago el relleno le añado garbanzos en lugar de pan y así me sé si están bien cocidos, me decía cuando yo me quejaba de que hiciera el relleno con garbanzos.

Era un pueblo en el que se consumían muchos garbanzos, pero también se " exportaban " a los pueblos del Campo Charro.

Ya he contado que muchos domingos , muy temprano, mi tío Horacio y yo salíamos por el Puente Cantería camino de las dehesas con dos sacos de garbanzos y uno de alubias, sobre el lomo de  " la burra que sabía latín ".

Pero, como ya los teníamos vendidos, en muchas ocasiones a la una estábamos en Cereceda y yo podía cumplir con mi oficio de monaguillo en la misa " mayor ".

Hoy continúo comiendo garbanzos tres días por semana en invierno y en primavera y en otoño y, como buen " gato ", también en verano.


Foto  Google.com   Parreras de garbanzos.

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