GRACIA PEDIDA, VELAS ENCENDIDAS.
Gracia lograda, ni velas ni nada.
Este dicho popular se lo escuché al P. Macías, un " gato " fraile dominico, a quien mi padre y muchos hombres del pueblo llamaban " Pepe el fraile ".
En mis años de monaguillo era frecuente que algunas " gatas " compraran velas y las encendieran para hacer sus peticiones a la Virgen del Rosario .
El servicio militar en las Posesiones Españolas en África era un destino que ninguna madre de Cereceda quería para " el su muchacho " porque suponía tenerlo lejos, muy lejos, durante todos los meses que duraba la mili.
Otras peticiones tenían que ver con enfermedades de personas o de animales.
La pérdida de una vaca suponía un gran quebranto en la economía familiar pues había que " venderla pa carne " y era necesario reemplazarla rápidamente si no se disponía de alguna novilla en " edad de trabajar ".
Eran muy frecuentes las velas encendidas en los hacheros que cada familia tenía en la iglesia.
Pero, como decía el P. Macías, " gato " y fraile dominico, " gracia lograda, ni velas ni nada ".
Foto Google.com El hachero con cuatro velas.
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