sábado, 23 de marzo de 2024

¡ LAS CUARENTA !







A mí  me gustaba más jugar al tute que a la brisca.

En el tute se jugaba por parejas.

En la brisca se juega un trío contra otro trío.

Cuando yo tenía que sustituir al tío Genaro, porque la su mujer le ponía los domingos la comida tarde, me sentía contento porque el tío Genaro, si la su pareja y yo íbamos ganando cuando él aparecía por la  taberna, me daba un real de propina.

- ¡ Has jugao mu bien !. toma un real, pero dáselo a tu madre pal marrano que tiene en el aparador, me decía a gritos, pues el tío Genaro estaba " algo sordo ".

En esas partidas de tute el hijo del dueño de la taberna se sentaba " donde faltaba alguno " tanto en la camilla de la brisca como en la camilla - más pequeña - del tute.

Yo aprendí a conocer las cartas de la baraja mucho tiempo antes de ir a la escuela. 

Don Lamberto se maravillaba de lo bien que yo sabía contar cuando, a los cinco años, llegué  a la Escuela Unitaria de Niños de Cereceda.

Yo sabía sumar los " valores " de las cartas, " de tanto y tanto " practicar en la taberna.

A mi padre no le gustaba que yo jugara a las cartas, pero, si faltaba un jugador, como a él las cartas " no le hacían gracia " pues me " mandaba " a mí a ocupar ese lugar.

Recuerdo la riña que le echó mi madre un domingo por la noche, con la taberna vacía, por dejarme jugar al tute con algunos " mozos solteros " que hacían trampas.

- Hoy el niño ha estao jugando en la mesa de Atilano, que es tramposo y huele a aguardiente, y me ha dicho : " El tu muchacho será un buen jugador porque cuando " canta las cuarenta " se enteran hasta en la Plaza ".

A mí me gustaba dar un grito para " cantar las cuarenta ".


Foto  pinterest.es

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