HISTORIAS DE IMPUESTOS : Alcabala, Portazgo, El Fielato. ( continuación )
III . - EL FIELATO
Los Fielatos eran oficinas municipales que se establecieron en toda España a la entrada de las poblaciones grandes y estuvieron en vigor aproximadamente un siglo. Comenzaron a funcionar a mediados del siglo XIX y cerraron sus fines recaudatorios en los años sesenta del siglo XX.
Se les conocía como Fielatos, porque " fiel " era como se denominaba a la balanza que se usaba para pesar la mercancía y por la que se pagaba el impuesto.
Se denominaba impuesto de consumos y era una tasa que gravaba directamente los artículos de primera necesidad , artículos básicos que entraban todos los días en las poblaciones : la comida ( aceite, carne y pescado, el vino, los aguardientes, . . . ) y también los combustibles del momento ( leña, carbón, petróleo, . . . ).
Esta recaudación constituía buena parte del presupuesto municipal.
Los expertos señalan que dependiendo de la localidad podía llegar a suponer entre un 50 % y un 70 % del total de los ingresos municipales.
En su última etapa ya no se llamaba impuesto de consumos, habían preferido utilizar el eufemismo de una supuesta inspección sanitaria y las propias instalaciones de control se llamaban " estaciones sanitarias ".
Los impuestos nunca han contado con el agrado de la población , y han sido objeto de coplillas populares .
" Una señora muy gorda
por el fielato pasó
con un sombrero muy grande
y el guarda la sorprendió.
" Oiga usted, buena señora,
haga el favor de venir
que nuestro jefe la llama
y algo le querrá decir.
Al registrarle el sombrero
tres jamones le encontró,
treinta docenas de huevos,
y seis kilos de salchichón ".
Fotos Revista PATALOSO.
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