"  LOS DESERTORES DEL ARADO "

Hoy podría denominarse con ese nombre a todos los labradores pues todos han abandonado la yunta de bueyes o de vacas y el arado romano.

Antaño se veían los arados tirados junto a las paredes de los corrales, si te dabas un paseo por la calle Larga o por la Salida a las Eras. Muchos arados no cabían en los corrales  y se dejaban en la calle " a la intemperie ", decían los labradores.

En las paredes de los corrales, sostenidos por clavos y alambres, estaban los clavijales secándose para que luego el agua y la nieve no los " torcieran ". Eran rebollos hermosos, rectos como una vela, traídos desde Los Valles o Las Nogalitas o las orillas del Regato El Mato.

Esos arados a los que se quitaba la reja para aguzarlas en la fragua o " echarles puntas ", un oficio que a mí me gustaba cómo lo hacía mi amigo Luís en la fragua de su padre, el tío Manolo el herrero, porque le " pegaba " a la reja gastada un trozo de hierro a base de calor y calor, a golpes de martillo, en cuyo trabajo yo contribuía, sin cobrar sueldo alguno, tirando de la cadena del fuelle de la fragua.

 Aprovechaba para aprender el idioma " gatuno ", pues la fragua era la  " Universidad " en la que se obtenía el Título de Maestro de Lengua Gatuna.

Hoy, Día de San Isidro Labrador, el blog aprovecha para felicitar a " miles " de médicos, abogados, profesores de todos los niveles, sacerdotes, religiosos, emigrantes en las capitales y en el extranjero, que " un día lejano " abandonaron el su pueblo y se convirtieron en " desertores del arado."

Foto  Google.com  San Isidro Labrador, cuya Fiesta se celebra el 15 de Mayo.