EL TENDEDERO DEL HUERTO

En Cereceda había y hay muchos huertos entre las casas. 

Otras veces eran pequeños praos que estaban rodeando el pueblo. Eran el lugar favorito del ganado lanar cuando eran pequeños. Allí retozaban al sol en las frías mañanas de invierno. 

Porque el clima de Cereceda es siempre igual en invierno y en primavera y en verano y hasta en otoño : atardeceres fríos con noches y madrugadas heladoras, pero mañanas preciosas y comienzo de las tardes de sol y luminosidad radiante.

Esos huertos eran lugares de tomates, frejones verdes dirigidos con las " tarmas " hasta el cielo , y flores. Desde lirios a varas de San José lucían preciosos en las orillas.

Pero había también un " trozo " para el tendedero.

Un tendedero hecho con un alambre o un trozo de cuerda de plástico y dos palos.

- Tienes que cortar dos palos y hacerme un tendedero. Además le pones dos " aires " pa que no se caigan.

Los aires son esas cuerdas que tensan el palo y le ayudan a mantenerse en pie cuando los pantalones de pana pesan demasiado.

En ese tendedero había mandiles, pantalones, jerseys de lana o calcetines del mismo material, alguna falda vieja o algún " trapo " de los de mover el caldero con la comida de los marranos.

La ropa " buena " se llevaba al río y se tendía a secar en las paredes o en los zarzales de los praos en las orillas del río.

Todavía quedan, como testigos mudos de otros tiempos, algunos palos con el alambre en los alrededores de Cereceda.

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