LA CARTERA DEL COBRADOR DE LA CONTRIBUCIÓN

Era la persona más temida de cuantas acudían al pueblo con una cartera de cuero.

También llegaba al pueblo con una cartera, quizás más pequeña, y colocada bajo el brazo, el Inspector de Pesas y Medidas. 

Esa persona solamente visitaba los bares y los comercios del pueblo. Mi padre le tenía " poco miedo " porque las pesas y medidas " de ley " estaban guardadas en una caja que mi padre abría el día que acudía al pueblo el Inspector.

Otra persona que acudía al pueblo con cartera era " El que nos robaba las patatas ", decían las gatas,

Era un Comisionado que venía a comprar patatas al pueblo para el ejército o para otras instituciones, y al que existía la obligación de vendérselas al precio que el Gobierno había fijado,

Este precio siempre era inferior al precio que los " gatos " sacaban por las patatas que vendían en el Campo de Salamanca.

Ya he contado que salíamos de noche con el carro y que nunca usábamos las carreteras " por si los guardias civiles han establecido algún puesto de vigilancia ".

Pero el hombre con cartera más temido era el Cobrador de la Contribución.

Todos los " gatos " renegaban porque tenían que pagar por fincas que no eran suyas pues su padre las había vendido y, en cambio, no aparecían sus tierras.

El pago de la contribución en Cereceda siempre, " desde que yo me recuerdo ", siempre ha sido un lío.

- " Y lo sigue siendo ".

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