LA PUERTA Y EL PASADOR DE MADERA
En algunos corrales había dos puertas : Unas puertas grandes por las que entraba el carro y que solían " dar " a la calle y otra puerta más pequeña por la que podían entrar y salir animales y que " daba " al huerto.
Esta puerta del huerto carecía de llave o de candado.
" Candar esa puerta " significaba poner el pasador de madera que el dueño-carpintero había fabricado.
Alguna puerta del huerto estaba hecha de las tablas del trillo al que se le habían quitado las " chinas ".
Tres tablones del trillo, gordos y resistentes, casi siempre de madera de roble, servían, junto con tres travesaños, para hacer una puerta.
El carpintero era el dueño.
En Cereceda todos los hombres entendían " algo " de carpintería, Con una azuela y unas puntas, compradas a peso en el comercio de Ceferino Peix de Tamames, se hacía la puerta del huerto.
El cierre era solamente interior.
Se preparaba un buen pasador y dos trozos curvos para sujetarlo a la puerta y " puerta candada ".
El pasador sobresalía un " buen " trozo para que se ajustara en la pared.
De esa forma la puerta no la abría el ganado para salir al huerto ni podía ser abierta desde fuera.
Sobraban llaves y candados y cerraduras.
¡ Escaseaba el dinero y sobraba inteligencia !.
Foto pinterest.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario