EL PLACER DEL VERANO
Yo sitúo el placer del verano en Cereceda en cuatro horarios:
. El sol de la mañana.
. La nube del mediodía.
. La tormenta de la tarde.
. El frescor de la noche.
Es la hora de comenzar la caminata de la mañana. Son las siete y comienza a salir el sol. Será un día espléndido. Ninguna nube en el horizonte de la Peña de Francia ni en la Sierra de Quilamas.
El paso rápido en la cuesta arriba hasta la Piñuela. El " freno " de mano en la bajada hasta el río Yeltes en el hoyo de Cilleros. La subida animosa hasta La Bastida.
El callejear y saludar a los vecinos antes de bajar hasta la casilla de Aldeanueva para volver por la Peña el Gato y la Esquina a Cereceda.
Nos ha acompañado el sol de la mañana.
A la hora de la comida aparecen las primeras nubes. Nubes como bolas de algodón , blancas, en la lejanía sobre el horizonte de Portugal.
Mal presagio. Un día tan hermoso estropeado por alguna nube que nació blanca y se ha vuelto negra.
Con la tarde llegó la tormenta. Truenos y " chispas ", que así llamamos en el pueblo a los relámpagos.
Con la noche llegó el fresco de Cereceda en verano. En casa, sin serano a la puerta.
Se acabó el día. Un día dividido en cuatro partes : Mañana, mediodía, tarde y noche.
Foto Google.com
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