viernes, 9 de abril de 2021

 ZARCEAR





Es una palabra propia del vocabulario de los cazadores de Cereceda.

Para ellos significaba " moverse el perro entre las zarzas para levantar las perdices." En la Ladera y en lindones de las tierras solía haber abundancia de zarzas. Entre ellas se guarecían las perdices o los conejos o las liebres. El trabajo de la perra era conseguir que la caza saliera de esa protección a la carrera o levantando el vuelo. Era el momento esperado por el cazador.

Un " buen " perro debía estar enseñado a zarcear para ayudar a su dueño en la caza.

El verbo zarcear pasó, con el tiempo, a indicar el trabajo del perro en cualquier matojo de zarzas, de escobas, de carrascos o de rosales salvajes.

Yo lo escuché a algún cazador cuando le pedía a su perra que entrase al inicio de la cueva entre las peñas para sacar a liebres y a conejos de su madriguera.

Los chicos íbamos con un palo zarceando por la Ladera para sacar las perdices y los perdigochos. Los perdigochos eran las crías pequeñas de la perdiz a las que esperábamos rodeando el zarzal para cogerlos a mano. Mi padre decía que podíamos cogerlos a la carrera porque, cuando se cansaban, se paraban y escondían la cabeza bajo el ala. En La Ladera de reían de nosotros pues iban de un zarzal a otro y de una mata de tomillo a otra  para encontrar refugio en las matas de las flores de San Juan.

Zarcear es un hermoso verbo amigo de cazadores de escopeta y perro, y de muchachos de pueblo.

Foto  google.com

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