A LA CAMA NO TE IRÁS SIN SABER UNA COSA MÁS.
Ayer hablé con un amigo del pueblo que ya ha rebasado la edad " de aprender " , pero a quien he contado una noticia sobre la provincia de Salamanca.
Me ha dicho este refrán : nunca te acostarás sin saber una cosa más.
Pero él ha añadido otro " trozo " que le enseñó su padre : " ni levantarte sin dolerte algo nuevo. "
Como yo ese trozo lo desconocía, me ha hecho sonreír pero me ha interrumpido contándome que en Cereceda el levantarse los " gatos " de la cama era siempre una preocupación, porque habías estado todo el día sacando raíces y al acostarte te descansaba el dolor de riñones, " ¡ pero, amigo, a la hora de levantarte de la cama no te podías enderezar ! y venían las quejas y el refrán que te he dicho. Otros, que eran fumadores, por la mañana tosían y tosían " hasta reventar " que decía mi madre. Parecía que la noche había traído nuevas enfermedades.
Mi padre decía el refrán a su estilo de tabernero : Nunca te acostarás sin tener un nombre más en la libreta de los que te dejan sin pagar. En Cereceda muchos " gatos " y, sobre todo " gatas ", mandaban a sus hijos a comprar una botella de vino, un litro de vinagre o una panilla de aguardiente para hacer dulces, y decían : dice mi madre que lo apunte, que ya vendrá ella a pagárselo. Así nacía el refrán del tabernero o de la tabernera de Cereceda.
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