viernes, 14 de mayo de 2021

 ALBOROQUE Y SANIDAD, MITAD POR MITAD





Era una frase que le gustaba decir a un chalán de Béjar cuando acudía a Cereceda a comprar ganado. 

Era la frase favorita del señor Julio, al que apodaban " Calambrines " o algo parecido, pues han pasado muchos años desde que se sentaba en la cocina de mi casa a escribir en una libreta los nombres de los dueños y el número de ovejas, corderos, cabritos o churros que compraba.

Según el señor Julio, así lo llamaba yo que era su recadero para ir a llamar a los ganaderos y de quien recibía magníficas propinas de dos reales cada vez que venía al pueblo, los gastos del veterinario - la sanidad - y del alboroque a pagarle a mi padre en la taberna, debían ser de " a medias."

Mi padre y los " gatos " defendían que al veterinario le tenía que pagar el comprador y ellos le pagarían a Cándido el gasto del alboroque que solía ser una jarra de vino tinto de San Martín y un plato de aceitunas. Ese alboroque era de " gente tacaña " porque el señor Julio le pedía a mi madre que sacara un plato de chorizo y a mi padre un " vino de la bota " que guardaba para las " grandes ocasiones " siempre que la compraba hubiera sido buena. 

Buena, para él, significaba que había ganado " unos cientos de reales " o " algo más de cuarenta duros."

Foto  google.com

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