" TRABAJAS MÁS QUE UN BURRO PRESTAO "
El último verano que estuve en Cereceda, y en uno de mis paseos diarios por el término municipal, me encontré un " gato " con la hoz en una mano y la horca de hierro en la otra rozando las zarzas de la pared de un huerto a orillas del río Cerezo ( el río Chico o río del Periquito ).
- He madrugao pa rozar las zarzas porque pronto estará el huerto lleno de zarzas. Este " ganao " son malos de " descartar" porque donde la punta del brote pega al suelo nace otra zarza, como hacían las fresas.
- Vienes unos días de vacaciones y te pasas la mañana a orillas de los ríos. Unos días vas pa la Vega, otros pa la Mata Sabina o pa Valcabrero, siempre rozando zarzas.
- También me dedico a levantar los " portillos " de las paredes. Los corzos las tiran pa entrar a comer en los linares. Ahora to está perdío.
- Deja ya el trabajo por esta mañana, y vámonos pa casa. Trabajas más que un burro prestao.
Las risas que echaba se oían desde la Plaza, y eso que estábamos a más de un kilómetro del campanario de la iglesia.
- Me río porque me acuerdo de que un año, hace una tira de años, mi padre le pidió el burro a su primo pa trillar. Teníamos la parva recién esparramá y toas las tardes se ponía de tormenta. El primo le dejó el burro y lo enganchamos con la nuestra burra. ¡ Vaya día de trilla !. A las once estábamos en el Teso. Ese año nos tocó trillar allí. Mientras unos comíamos, los burros seguían dando vueltas en la parva, libre de la pareja de vacas que mi padre sacó junto al montón de paja de la parva de cebá ya limpia. Cuando tocó el boyero, mi padre dijo que los burros seguían trillando porque el borriquero no había tocao. ¡ Si no había borriquero, cómo iba a tocar !. Al ponerse el sol, los burros estaban medio mareaos de dar vueltas y la parva estaba trillá. Aquel día acabamos de trillar por ese año.
- ¡ Tienen un año entero los burros pa descansar !, le dijo mi padre a su primo.
Era verdá. Hasta otro año no volverían a trillar.
Foto google.com
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